Llega la primavera, una estupenda época para plantearse hacer reformas en casa. Si habéis llegado a este artículo en este momento del año, es porque muchos de vosotros os estaréis planteando cuándo es el mejor momento del año para cambiar las ventanas de casa.

La respuesta es rápida:

“La mejor época de año para cambiar ventanas es antes de que llegue el calor, y antes de que llegue el frío. Es decir, final de la primavera y principio del otoño. Aprovechando el entretiempo, se cambian las ventanas con el objetivo de preparar la casa para el verano y el invierno.”

El motivo es claro. Además de ser un momento propicio para embarcarse en una reforma (hay más horas de sol, las temperaturas son más templadas y la climatología es más suave); también es una buena manera de revalorizar la vivienda y potenciar el ahorro en calefacción y aire acondicionado, fomentando la eficiencia energética.

“Os recomendamos solicitar presupuesto los meses previos, cuando es más habitual encontrar ofertas y se pueden lograr mejores precios en los materiales y la instalación.”

Ventajas de cambiar las ventanas antes del invierno/verano

  • Incrementa el aislamiento térmico de las estancias, con la consecuente mejora de confort (pasarás menos frío en invierno y menos calor en verano).
  • Favorece el ahorro en la factura de la luz/gas debido a una menor necesidad de consumo en calefacción y aire acondicionado.
  • Empezarás a rentabilizar tu inversión inmediatamente.
  • Elevarás el nivel de eficiencia energética de tu vivienda, lo que hará crecer su valor si en un futuro quieres vender o alquilar.
  • Incrementarás el nivel de seguridad de tu vivienda justo antes de los periodos vacacionales clave del año (cuando más robos domésticos se producen).

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Qué tener en cuenta al cambiar las ventanas

Si vas a cambiar las ventanas conviene que sepas que no todas ofrecen las mismas prestaciones. Elegir las ventanas adecuadas para tu hogar va a depender de la localización, orientación, las condiciones ambientales y las necesidades de tu hogar. Además del tipo de apertura, forma y tamaño, los dos elementos más importantes a los que deberás prestar especial atención son:

LA PERFILERÍA

Si lo que buscas es otorgar un aire rústico y natural a tu casa, las ventanas de madera son estéticamente muy atractivas. Este material es un buen aislante natural, por lo que es apto para zonas de mucho frío. Las ventanas de PVC también ofrecen un buen aislamiento térmico. Su mantenimiento es muy sencillo, y se puede adaptar a cualquier espacio y ambiente gracias a la variedad de colores y posibilidades que ofrece. Otra opción es el aluminio. Las ventanas de aluminio son muy resistentes a la radiación solar y las inclemencias del tiempo, y  con rotura de puente térmico pueden ser óptimas para maximizar aislamiento.

EL VIDRIO

El tipo de vidrio es uno de los elementos más determinantes en cuanto a las prestaciones que nos ofrece una ventana. El tipo de vidrio que le pongamos a las ventanas determinará el nivel de aislamiento térmico, nivel de aislamiento acústico, y seguridad de la vivienda. Los vidrios de Aislamiento Térmico Reforzado tienen la propiedad de mantener el reducir las pérdidas de calor desde el interior de la vivienda, aislando del frío y de las inclemencias climáticas externas.

Colocar en tu ventana un doble acristalamiento con Aislamiento Térmico Reforzado, permite reducir estas pérdidas de energía desde el interior, y con ello el gasto en calefacción disminuye, logrando así una mayor eficiencia energética de nuestra vivienda.

Fuente: climalit.es